En el horizonte: una educación diversificada, inclusiva y efectiva
El sistema educativo tradicional debe seguir siendo una pieza clave de la solución, pero no la única. Igual que las fintech transforman la banca, nuevas alternativas están surgiendo en educación.
¡Hola innovadores! Para terminar el año me pareció importante compartir con Uds. algunas reflexiones sobre la educación escolar (y no escolar), la virtualidad y el horizonte próximo. ¡Que tengan un gran inicio del 2024!
El posteo en Linkedin de Melissa McBride (con esta imagen) me paereció un llamado a la acción claro y resonante. Las cifras hablan por sí solas: la necesidad de atención especial por parte de más de un millón de estudiantes en EE.UU. entre 2011 y 2021 es un síntoma inequívoco de un sistema educativo que necesita una transformación urgente, a nivel global. A esto, se suman otras pruebas contundentes como los resultados de las evaluaciones PISA y los informes sobre los problemas de alfabetización.
Más evidencias que nos señalan la insostenibilidad de mantener el status quo; ha llegado el momento de explorar nuevos horizontes.
Pero no quiero quedarme solo en exponer evidencias. El posteo de Melissa me inspiró a compartir algunas ideas sobre esos nuevos horizontes posibles que estoy reflexionando últimamente. Espero que compartirlas aquí sea el primer paso hacia un cambio significativo.
Cada vez estoy más convencido en torno a la idea de que el cambio necesario no significa abandonar por completo lo establecido, ni reemplazarlo completamente por un nuevo sistema. Creo que el sistema educativo actual y las escuelas tradicionales, con todo su legado e historia, deben continuar siendo piezas clave de la solución. No obstante, veo esencial que evolucionen y coexistan en un entorno educativo diversificado, donde no sean la única opción. Dentro de este ecosistema ampliado, su papel estará entrelazado al de innovadores sustitutivos como los enfoques alternativos, las microescuelas, las escuelas híbridas y las plataformas de aprendizaje online. Estas nuevas formas de educación, semejantes a lo que las fintech han representado para la banca o Uber para el transporte, ofrecerán especialización, personalización y flexibilidad, atendiendo así a las variadas necesidades de una población estudiantil diversa y con diferentes estilos de aprendizaje.
Además, vislumbro este nuevo escenario un complejo entramado de certificaciones que supere los límites tradicionales de la certificación local (tema para otro post).
Tradicionalmente, el sistema educativo ha marginado o apenas tolerado, de forma tácita y precaria, las alternativas 'menos convencionales', como los propuestos por Waldorf o Montessori, y enfoques más recientes como las escuelas híbridas, el homeschooling o proyectos alternativos más holísticos. Estas opciones, pese a su antigüedad o creciente popularidad, rara vez han sido consideradas como competidores centrales o alternativas viables en el panorama educativo general.
Pero es momento de que esto cambie. No sólo porque considero que resultará beneficioso para las personas y la sociedad, sino porque veo que es un cambio inevitable. La integración de múltiples actores educativos, cada uno aportando su valor y perspectiva única, es la clave para una educación más inclusiva y efectiva. una educación que responda a las necesidades y deseos del estudiante, más que estar meramente centrada en la eficiencia y productividad.
De la misma manera que las fintech están transformando la banca sin eliminarla, las nuevas alternativas educativas no tienen como objetivo sustituir a las escuelas tradicionales, sino más bien complementarlas y, en conjunto, dar un espectro educativo más amplio y diverso. El sistema educativo existente y las escuelas tradicionales seguirán siendo pilares para el aprendizaje, pero sabiendo que no serán la única opción.
Volvamos a los bancos. Las innovaciones obligadas por los nuevos jugadores los están impulsando a mejorar, modernizarse y redimensionar sus servicios, propuestas y sucursales. Los bancos ya no son la única opción disponible, y el nuevo escenario de una diversidad de servicios está beneficiando a los usuarios según sus necesidades específicas.
Estoy firmemente convencido de que estamos al borde de una transformación similar en el ámbito educativo. Esto se manifiesta en el creciente auge de las escuelas híbridas y online, el movimiento de micro-escuelas, el homeschooling, un nuevo impulso en enfoques alternativos como los que mencionamos (Waldorf y Montessori) y las plataformas de aprendizaje innovadoras como Khan Academy, así como en el uso de inteligencia artificial en contenidos educativos como Century y sistemas de tutoría como Khanmigo. Estas son solo algunas de las muchas novedades que están avanzando muy rápidamente (y que continuaré explorando y compartiendo en los próximos días).
Pero claro, la educación no es (solo) un mercado. Para que estas ideas innovadoras se traduzcan en prácticas educativas exitosas, es crucial acompañar el proceso con una combinación de visión, apertura, criterio y sentido práctico. Aquí es donde la regulación suele fallar, ya que no logra mantener el ritmo de la innovación, ni tampoco alinear los múltiples intereses en juego. Hago un llamado a los responsables: es esencial facilitar y promover, en lugar de obstaculizar, la aparición de nuevos enfoques. Debo decir que mi experiencia me permite afirmar que hay más innovadores de lo que parece en estos ámbitos, y a veces el error está en creer que estamos más regulados de lo que realmente estamos.
Ya es hora de superar las discusiones sobre temas como la permisión de celulares en clase, la elección entre papel o ebook, la bondad o maldad de la virtualidad, o la crucialidad del docente y la mediación humana. Centrándonos en estas obviedades, solo perdemos valiosas oportunidades de progreso. Estas cuestiones, aunque relevantes, deben ser consideradas en función de las particularidades de cada alternativa educativa y de las necesidades de sus aprendices. En última instancia, estas realidades deben ajustarse de la mejor manera posible a las necesidades específicas de los estudiantes en las diversas opciones educativas.
La 'deuda educativa' merece un párrafo aparte. A medida que avanzamos hacia un escenario educativo renovado, que trasciende las limitaciones del sistema tradicional, no debemos olvidar a aquellos desfavorecidos por el sistema actual. Numerosos niños, privados de oportunidades adecuadas debido a problemas de acceso y deficiencias en el manejo del sistema existente, nos recuerdan la urgencia de esta tarea. Es crucial, por tanto, que junto al desarrollo de nuevas alternativas, exista un esfuerzo concertado y un equipo dedicado a abordar esta deuda educativa. No podemos esperar que el simple surgimiento de nuevas opciones educativas resuelva esta problemática por sí solo, ni tampoco sería justo esperarlo. Es imperioso que, al mismo tiempo que se avance hacia lo nuevo, exista un proyecto y equipo dedicado a saldar esta deuda, ya que sería imposible esperar que las nuevas alternativas lo solucionen solamente por un “acomodamiento del mercado”. Es decir, este enfoque también es necesario al inicio y debe planificar una convergencia con la transformación, pero sin cometer el error de convertirse en la transformación.
Estoy convencido de que podemos acompañar y promover estas transformaciones sin temor y con la velocidad que se requiere. Es solo una cuestión de actitud y determinación.
Estas reflexiones, probablemente imperfectas, son un llamado para dejar atrás las perspectivas obsoletas y centrarnos en definir lo que realmente significa el aprendizaje hoy y para el futuro. Las considero como el comienzo de un diálogo enriquecedor que espero continuar desarrollando en los días venideros.
Francisco